jueves, 31 de octubre de 2013

Postales de Santa Martina - Prefacio



Marcelo Mayorga 


BIENVENIDOS A SANTA MARTINA


Cuando la realidad se apodera de la ficción, surgen historias que la imaginación propicia. Crónicas como estas, de personas simples que arribaron a  un lugar de la costa con la ilusión de tener una vida mejor.  Algunos dispuestos a esconder y olvidar el pasado, ignorando que este es una sombra  que acecha implacable  sin distinguir paisajes que nos rediman de la historia que llevamos a cuestas.


                                                           Nora Ibarra
                                                 Curitiba-Brasil Octubre 2013


miércoles, 23 de octubre de 2013

Yo aprendí a leer...



Dias atrás fui invitada a postar en el Blog de mi amiga Mayti Zea un relato de cómo aprendí a leer. 
Esta bitácora nace con  el objetivo de recoger las historias de todo el que lo recuerde, y quiera contarlo, cómo,  dónde y sobre todo, quien nos  enseñó a leer.
Si te interesa hacerlo entra en contacto con Mayti Zea: http://aprendialeer.blogspot.com   
o por e-mail: maytizea@gmail.com   o en el face: https://facebook.com/mayti.zea   

Aqui va mi relato

Mientras mi hermano plasmaba las letras en el papel hasta convertirlas en palabras; yo, arrodillada en la silla y con los codos sobre la mesa, las delineaba mentalmente.
Él acostumbraba leerme el Billiken, la revista que aún hoy es material didáctico de todas las escuelas de Argentina.
Nuestra pasión por la lectura nos llevó a descubrir a Julio Verne y Louisa May Alcott; a tomar el té con un sombrerero loco y a preguntarnos que habría cenado Oliver Twist.
En la adolescencia nos batimos a duelo improvisando poemas que brotaban espontáneamente. Nos sentíamos en carne viva. En un padecer-florecer constante.
Nuestra infancia no fue un jardín de rosas y cada uno a su manera, armó con las letras su propio caleidoscopio. Construyó con las palabras un refugio y en el camino dejó huellas con olor a tinta.
Todo comenzó en aquellos días en quemi hermano con siete años, plasmaba letras en el papel hasta convertirlas en palabras y yo, con cuatro años, arrodillada en la silla con los codos sobre la mesa, las delineaba mentalmente.

                                                                    Nora Ibarra
                                                       Curitiba-Brasil. Octubre 2013

sábado, 19 de octubre de 2013

La Fuga del Escritor




Cansado de hurgar en las celdas de su imaginación, el escritor se refugió en la fortaleza anhelando que el paisaje le devuelva la imaginación.
Hace tiempo que aguarda el milagro, la gota de luz que lo guie hacia su obra magistral. Sobre el papel garabatea palabras inconclusas y giran inconexos los puntos y las comas.
Sueña. En el delirio vaga entre dragones y princesas hasta dar de narices en un camino impreciso. Desde la oscuridad los grandes maestros lo observan perplejos y en la complicidad del silencio le auguran un "quizá mañana"
Entrabla una disputa sinfin entre el ser y el deber. Entre la vida a partir del ego o simplemente disfrutar del juego.
En algún momento concluirá su creación, resultado de la rabia, el amor o tal vez la insolencia. Es entonces cuando apelará al benévolo lector, tras ocultar las ansias y el deseo de aceptación.
Después, nuevamente, se sumergirá en un mar de ideas y otra imagen penderá de la pared, hasta provocar en él una nueva fuga.



Nora Ibarra
Curitiba-Brasil. Octubre 2013

viernes, 18 de octubre de 2013

Intangible (Microrrelato)


-Además de no hacer bien el amor, escribe mal. Es retorcido...denso...sus personajes no respiran- Dijo mi paciente indignada.
En mi profesión de psicóloga era común escuchar este tipo de comentarios, sobre todo refiriéndose a relaciones sexuales. Pero en este caso, tuve el pálpito de que algo no estaba bien. 
Pedí a Patricia, mi paciente, que se explayara un poco más. 
Ella añadió 
-Elías es un tipo raro. Cuando tenemos sexo se comporta de una manera extraña...no para de hablar...como si hubiese alguien más entre nosotros. Se lo hice notar y me respondió " No sabía que un ser etéreo también reclamase"
La respuesta me enfureció y lo eché de mi cama y de mi casa. Le arrojé sus manuscritos por la ventana. Después le grité   "Además de aprender a coger, tienes que aprender a escribir!.  Se fue caminando sin decir ni mu-
Le comenté a mi paciente que había algo que me llamaba la atención en la actitud de él, que si no tenía inconveniente me gustaria poder conocerlo y tener una charla.
 Cuando Elías atravesó la puerta del consultorio, a pesar del cuerpazo robusto, su postura me recordó a un chico dulce e ingenuo, que detrás de la  mirada suspicaz, ocultaba una afiligranada crueldad. 
Con calma le dije
- Elías lo invité a venir aquí porque Patricia siempre me habla de usted,  como ella es mi paciente, me gustaría conversar sobre algunas situaciones que la preocupan-
La respuesta de él no se hizo esperar
-Disculpe mi pregunta...Quién es Patricia?...yo solamente tengo una mujer en mi vida... Es la mujer ideal, creo que no solo para mí sino para cualquier hombre. 
Ella me completa de tal manera...me motiva a escribir...comparte conmigo mis angustias...mis ansias...
Debo confesarle algo doctora... Esta mujer es un ser único. Solo que para poder sobrellevar la realidad debo hacerla corpórea. Es cuando tomo los cuerpos prestados de otras. Ella me indica a quienes... Siempre lo hago con su consentimiento...


                                                                           Nora Ibarra
                                                              Curitiba-Brasil. Octubre 2013

jueves, 17 de octubre de 2013

El Hijo del Cantor de Tangos*


*Del Libro de Relatos en preparación  "Postales de Santa Martina"

Su nombre de pila era Jorge, pero todos, desde el día que nació, lo llamaban Buba.  Su papá era un famoso cantor de tangos que la pasión por esta música lo llevó a recorrer el mundo. No se sabe bien en que momento hizo a un lado su vida bohemia y formó una familia a la que solo veía cuando las giras se lo permitían. Así fue como Buba una vez cuando lo vio entrar en la casa le preguntó -Usted es mi papá?-
Buba y su hermano Ismael crecieron con la figura paterna proyectada desde las fotos que la madre de ambos esparcía cariñosamente en distintas partes de la casa.
Ella había armado un álbum con los recortes de diarios y revistas. Artículos donde hablaban de su marido. Algunas tardes acostumbraba sentarse con el álbum apoyado sobre las piernas. Se lo enseñaba a sus hijos como una maestra amorosa dedicada a alfabetizar. Comenzaba diciendo
-Hoy les voy a mostrar donde está papá-
Seguidamente señalaba en la foto a un hombre que aparecía bajo el encabezado rugoso de un diario.
Buba aprendió a hacer silencio cuando el cantante estaba en la casa. Sabía que no había que molestarlo, que necesitaba dormir para que la voz le descansara.
En la escuela cuando le preguntaban "a que se dedica tu papá" él respondía " es cantor de tangos". La respuesta producía una carcajada en sus compañeros, cosa que dejaba a Buba confundido.
El chico pasó su infancia sentado en una silla. Hizo de la inercia su actividad principal. En la adolescencia sumó a esta la mediocridad y el tédio.
Años después convirtió a su afamado padre en flamante abuelo. La alegría que le produjo al hombre la llegada de la nieta fue tal que lo hizo olvidar de la cuota alimenticia que desembolsaba todos los meses para la criatura y la madre de ella.
Buba llegó a Santa Martina una mãnana dirigiendo una camioneta importada acompañado de su rubia novia a la que llamaban cariñosamente Blondie.
Se instalaron en la casa de arquitectura alpina, en pleno corazón del bosque de eucaliptus, un lugar alejado y protegido de las miradas curiosas.
Los lugareños los recibieron con una sonrisa. Nadie hizo demasiadas preguntas porque, después de todo, ya sabían quién era su papá y eso ya le daba identidad.
Buba y Blondie eran invitados permanentemente por todos a almorzar o a  cenar. Invitación que la pareja retribuía con amabilidad.
En el momento de la charla todos recaían en un lugar común
 -Cuándo veremos por aqui a su papá?-
  Buba respondía encogiéndose de hombros
-Un día de estos...no sé...él viaja mucho...por las giras...
 Después de la respuesta se ensimismaba y no volvía a hablar

Buba fue preso a los seis meses de residir en Santa Martina. fue acusado de crimen organizado, asalto a mano armada, conspiración y tráfico de estupefacientes. La noticia sorprendió a todos y más de uno no sólo en el pueblo sino en el país entero.
Fue la primera vez que se vio la foto de Buba en los periódicos, sonriente y con la mirada brillante como quien alcanza el éxito y la fama repentinamente.


                                                                 Nora Ibarra
                                                     Curitiba-Brasil. Octubre 2013 



sábado, 5 de octubre de 2013

La Fuga del Escritor


Cansado de hurgar en las celdas de la imaginación, el escritor se refugió en la fortaleza anhelando que el paisaje le devuelva la inspiración.
Hace tiempo que aguarda el milagro. La gota de luz que lo guie hacia su obra maestra. Sobre el papel garabatea palabras inconclusas y giran inconexos los puntos y las comas.
Sueña. En el delirio vaga entre dragones y princesas hasta dar de narices en un camino impreciso. En la oscuridad los grandes maestros lo observan perplejos y en la complicidad del silencio le auguran un "quizá mañana".
Entabla una disputa sinfin entre el ser y el deber. Entre la vida a partir del ego o simplemente disfrutar del juego.
En algún momento concluirá su creación. Resultado de la rabia, el amor o tal vez la insolencia. Es entonces cuando apelará al benévolo lector, tras ocultar las ansias y el deseo de aprobación.
Después, nuevamente, se sumergirá en un mar de ideas y otro cuadro penderá de la pared hasta provocar en él una nueva fuga.

                                                                   Nora Ibarra
                                                       Curitiba-Brasil. Octubre 2013

martes, 1 de octubre de 2013

Charlie el Primate


Relato publicado en Periódico Irreverentes - 17/10/2013 



                                                                                             

Como un primate preso en su jaula, lo veía todas las mañanas en su escritorio. Con la mirada perdida, gesticulaba y masticaba las palabras. Encorvado y ensimismado sobre sus escritos, sin prestar atención a nadie.
Después se levantaba, caminaba hacia la puerta, la abría mecánicamente y se marchaba a un rumbo desconocido. A algún lugar donde su mente astuta pudiese expresar sus demonios sin restricciones.
Yo comencé a llamarlo el primate porque tenía la sagacidad de ellos. Charlie era igual a estos en su manera de ser. Se las ingeniaba para llamar la atención más allá de sus intenciones.
Tenía los brazos extremadamente largos y la espalda ladeada, característica que lo asemejaba aún más a los antropoides.  Era imposible precisar si alguna vez se había enamorado. 
El día que apareció Ana en la tienda se sonrojó al verla. Miró a su alrededor con sorpresa, como si recién hubiese descubierto donde estaba.
A partir de ese momento, adoptó la costumbre de hablar suavemente y, siempre que lo hacía, observaba si ella estaba cerca.
La chica era linda, espontánea y dueña de una sensualidad única, tanto hombres como mujeres, reparaban en ella.
Charlie y ella eran antagónicos. Dos polos opuestos imposibles de atraerse. No obstante el romance entre ellos floreció. Ella con su sex appeal y él con sus remilgos y mirar solapado.
Cuando Ana dejó de venir al negocio, le pregunté a Charlie por ella. Encogiéndose de hombros me dijo
- Ella no me quiere.
-Terminaron?- le pregunté
-No. Por qué habríamos de terminar? No es su afecto lo que me interesa de ella. Se levantó y salió caminando no sin antes lanzar una mirada torva sobre mí.
Una mañana llegó radiante y me dijo
-Nos vamos a casar!
-Cuándo?
-El lunes que viene
-Felicitaciones Charlie- respondí sorprendida
El lunes siguiente se casaron. Charlie después de la ceremonia vino a trabajar como de costumbre.  Llegó solo, sin Ana, ofreció disculpas en nombre de ella y dijo que se sentía cansada.
A partir de la boda  noté una transformación en Charlie. Comenzó a vestirse con elegancia. La curvatura de su espalda se desvaneció. Pasó a ser locuaz y agradable con todos, sus ojos desprendían un destello que solo la felicidad otorga.
 Pasaron los meses y todo parecía viento en popa en la vida del ex simio ahora dueño de una gran seducción  y magnetismo únicos.
A Ana no la vi más;  hasta aquella mañana que entré y vi una criatura sentada en una silla, con el cuerpo encorvado y los brazos pendiendo a los costados. 
 Me acerqué con cautela... tímidamente balbuceando dije...-Ana, eres tú?...
Ella levantó la cabeza y me miró con aquella mirada torva que alguna vez  supo tener Charlie.

                                                                        Nora Ibarra
                                                           Curitiba-Brasil. Octubre 2013