Dias atrás fui invitada a postar en el Blog de mi amiga Mayti Zea un relato de cómo aprendí a leer.
Esta bitácora nace con el objetivo de recoger las historias de todo el que lo recuerde, y quiera contarlo, cómo, dónde y sobre todo, quien nos enseñó a leer.
Si te interesa hacerlo entra en contacto con Mayti Zea: http://aprendialeer.blogspot.com
o por e-mail: maytizea@gmail.com o en el face: https://facebook.com/mayti.zea
Aqui va mi relato
Mientras mi hermano plasmaba las letras en el papel hasta convertirlas en palabras; yo, arrodillada en la silla y con los codos sobre la mesa, las delineaba mentalmente.
Él acostumbraba leerme el Billiken, la revista que aún hoy es material didáctico de todas las escuelas de Argentina.
Nuestra pasión por la lectura nos llevó a descubrir a Julio Verne y Louisa May Alcott; a tomar el té con un sombrerero loco y a preguntarnos que habría cenado Oliver Twist.
En la adolescencia nos batimos a duelo improvisando poemas que brotaban espontáneamente. Nos sentíamos en carne viva. En un padecer-florecer constante.
Nuestra infancia no fue un jardín de rosas y cada uno a su manera, armó con las letras su propio caleidoscopio. Construyó con las palabras un refugio y en el camino dejó huellas con olor a tinta.
Todo comenzó en aquellos días en quemi hermano con siete años, plasmaba letras en el papel hasta convertirlas en palabras y yo, con cuatro años, arrodillada en la silla con los codos sobre la mesa, las delineaba mentalmente.
Nora Ibarra
Curitiba-Brasil. Octubre 2013
Gracias por tu colaboración y por difundir esta iniciativa a través de tu blog.
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