jueves, 17 de octubre de 2013

El Hijo del Cantor de Tangos*


*Del Libro de Relatos en preparación  "Postales de Santa Martina"

Su nombre de pila era Jorge, pero todos, desde el día que nació, lo llamaban Buba.  Su papá era un famoso cantor de tangos que la pasión por esta música lo llevó a recorrer el mundo. No se sabe bien en que momento hizo a un lado su vida bohemia y formó una familia a la que solo veía cuando las giras se lo permitían. Así fue como Buba una vez cuando lo vio entrar en la casa le preguntó -Usted es mi papá?-
Buba y su hermano Ismael crecieron con la figura paterna proyectada desde las fotos que la madre de ambos esparcía cariñosamente en distintas partes de la casa.
Ella había armado un álbum con los recortes de diarios y revistas. Artículos donde hablaban de su marido. Algunas tardes acostumbraba sentarse con el álbum apoyado sobre las piernas. Se lo enseñaba a sus hijos como una maestra amorosa dedicada a alfabetizar. Comenzaba diciendo
-Hoy les voy a mostrar donde está papá-
Seguidamente señalaba en la foto a un hombre que aparecía bajo el encabezado rugoso de un diario.
Buba aprendió a hacer silencio cuando el cantante estaba en la casa. Sabía que no había que molestarlo, que necesitaba dormir para que la voz le descansara.
En la escuela cuando le preguntaban "a que se dedica tu papá" él respondía " es cantor de tangos". La respuesta producía una carcajada en sus compañeros, cosa que dejaba a Buba confundido.
El chico pasó su infancia sentado en una silla. Hizo de la inercia su actividad principal. En la adolescencia sumó a esta la mediocridad y el tédio.
Años después convirtió a su afamado padre en flamante abuelo. La alegría que le produjo al hombre la llegada de la nieta fue tal que lo hizo olvidar de la cuota alimenticia que desembolsaba todos los meses para la criatura y la madre de ella.
Buba llegó a Santa Martina una mãnana dirigiendo una camioneta importada acompañado de su rubia novia a la que llamaban cariñosamente Blondie.
Se instalaron en la casa de arquitectura alpina, en pleno corazón del bosque de eucaliptus, un lugar alejado y protegido de las miradas curiosas.
Los lugareños los recibieron con una sonrisa. Nadie hizo demasiadas preguntas porque, después de todo, ya sabían quién era su papá y eso ya le daba identidad.
Buba y Blondie eran invitados permanentemente por todos a almorzar o a  cenar. Invitación que la pareja retribuía con amabilidad.
En el momento de la charla todos recaían en un lugar común
 -Cuándo veremos por aqui a su papá?-
  Buba respondía encogiéndose de hombros
-Un día de estos...no sé...él viaja mucho...por las giras...
 Después de la respuesta se ensimismaba y no volvía a hablar

Buba fue preso a los seis meses de residir en Santa Martina. fue acusado de crimen organizado, asalto a mano armada, conspiración y tráfico de estupefacientes. La noticia sorprendió a todos y más de uno no sólo en el pueblo sino en el país entero.
Fue la primera vez que se vio la foto de Buba en los periódicos, sonriente y con la mirada brillante como quien alcanza el éxito y la fama repentinamente.


                                                                 Nora Ibarra
                                                     Curitiba-Brasil. Octubre 2013 



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