lunes, 10 de diciembre de 2012

De Amor y Odio





La sensualidad
no se habla
se la lleva en la piel
como una marca

El amor
no se dice
está en cada gesto
del día
en cada historia profunda
como una raíz
que abraza la tierra

El odio
no se declara
se manifiesta
en el largo camino
que transitamos
en el amor
que no demostramos
en la sensualidad
que no llevamos


                  Nora Ibarra
                    Curitiba-Brasil, diciembre de 2012



No Era un Rancho



Aquella casa
no era un rancho
Era un tinglado
y las colchas de piel
sus paredes
Te pareció un barco?...
Era el movimiento
de nuestros cuerpos
en el vaivén de la emoción


                                       Nora Ibarra
                                      Curitiba-Brasil, diciembre de 2012




martes, 4 de diciembre de 2012

Escritores.Org

                             
                                                 http://www.escritores.org

lunes, 3 de diciembre de 2012

Entre Tú y Yo

Tan solo una vez
quisiera repertir
el momento fugaz
en que me fundí en tí.
Tan solo una vez
quisiera decir
que tú amor
y mi amor
están lejos de aqui



         Nora Ibarra
Curitiba-Brasil, Diciembre 2012

jueves, 29 de noviembre de 2012

Dalias Negras


                                        Enterró sus libros en el jardín de su casa, envueltos en bolsas plásticas para que no se deteriorasen en el contacto con la tierra.
Al final de la ceremonia arrojó tierra sobre ellos y plantó dos arbustos jóvenes  de dalias negras, aterciopeladas, de color rojo sangre. "Es por poco tiempo, hasta que todo se calme", dijo. Pero sabía que no era verdad,  la situación anticipaba el comienzo del fin.
 Estableció un diálogo tácito, casi cómplice, con las flores en su trajinar por la casa fantasmagóricamente.
Al poco tiempo debió dejar la casa. La ciudad la cobijó cobrándole por ello un precio mezquino y abusivo. Guardó la angustia y los lamentos en un hatillo que solo desanudaba en aquel cuarto de pensión sin ventanas.
Hoy todo es una vaga recordación que le llega desde una nebulosa cuando sostiene en sus manos la foto de una jovencita posando al lado de un arbusto de dalias negras.

                                                               Nora Ibarra
                                           Curitiba-Brasil, Noviembre de 2012

lunes, 26 de noviembre de 2012

Mi Casa Huele a Canela

Mi casa huele a canela
y a bizcochos de limón
Mi casa está llena de risas
sólo falta tú canción

                                                                          Nora Ibarra
                                                     Curitiba-Brasil 26 de Noviembre de 2012

sábado, 24 de noviembre de 2012

Nunca Imaginé

Nunca imaginé que escribir
fuese tan triste y solitario
comencé a notarlo
Con tu ausencia
Tu dolorosa distancia
tu silencioso adiós
Apenas una sonrisa
dibujada en tu rostro
será por cortesía?
no lo sé
nunca lo sabré
es parte del misterio
y  la soledad
que me rodea 
al escribir

                                                                                Nora Ibarra
                                                         Curitiba-Brasil 24 de Noviembre de 2012

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Carta a un Amigo (sobre Idea Vilariño)


                               Creo que todos elegimos siempre, hasta cuando no elegimos. Lo hacemos desde estructuras que dejamos guardadas en nuestra memoria, (de ahí mi definición de la memoria).
                               Algunas veces conseguimos hacer conciente lo inconciente. Es cuando comenzamos a ver las cosas de otra  manera. Eso nos ayuda sin duda a modificar la actitud, la visión y los hechos. Otras veces dejamos "lo inconciente" transitar en nosotros, así simplemente, por el mero placer-displacer que nos produce.
                                No pienso que Idea Vilariño fuese una mujer sólo viviendo un amor frutado. La observé en sus fotos, en sus poemas, la comprendí en "El Espejo......".
                                Creo que era dueña de "su naríz", su talento y hacedora de su propio destino. Se enamoró de Onetti desde lo conciente-inconciente. Lo transitó de pies a cabeza, en alma y espíritu.
                               Lo bebió de a sorbitos, para disfrutarlo más y que la esencia de él perdurase en ella, como un pentimento, y así, transformarlo en su "muso inspirador".

En cuanto a mi memoria, empiezo a recordar donde la dejé guardada.-

                                                                     Nora Ibarra
                                                     Curitiba - Brasil, 14 de noviembre de 2012



martes, 13 de noviembre de 2012

Cuando compre un Espejo para el Baño - de Idea Vilariño


Cuando compre un espejo para el baño
voy a verme la cara 
voy a verme
pués que otra manera hay decíme
que otra manera de saber quien soy.
Cada vez que desprenda la cabeza
del fárrago de libros y de hojas
y que la lleve hueca atiborrada
y la deje en reposo allí un momento
la miraré a los ojos con un poco
de ansiedad de curiosidad de miedo
o sólo con cansancio con hastío
con la vieja amistad correspondiente
o atenta y seriamente mirarme
como esa extraña vez - mis once años -
y me diré mirá ahí estás 
seguro
pensaré no  me gusta o pensaré
que esa cara fue la única posible
y me diré esa soy yo ésa es idea
y le sonreiré dándome ánimos


                                                                   Idea Vilariño (1920 - 2009 )


jueves, 1 de noviembre de 2012

Como un gorrión

Es menuda como un soplo
y tiene el pelo marrón
y un aire entre tierno
y triste como un  gorrión
le gusta volar bajito
ir de balcón en balcón
sin que nadie le eche mano
como un gorrión.
Pajarillo pardo que en la
carrera de San Bernardo
quedo tullido, seco y vacío
quizá algún niño
ya lo robó
Pajarillo errante
que bebe agua de los estanques
y de mi mano jamás comió

                                                       Joan Manuel Serrat

domingo, 28 de octubre de 2012

Cuento La Sombrera Sin Dedal (completo)


A la memoria de mi abuela, Liria Jamardo


No sé si realmente para hacer sombreros es necasario usar dedal. Sé que para coser sí, lo aprendí escuchando a la sombrerera que se la pasaba diciendo  "Costurera sin dedal, cose poco y cose mal"

Ella no sólo cosía bien, también hacía sombreros y bordaba encaje como ninguna. Creo que sentía una necesidad interior de perfección en su vida reprimida de placeres que la vida misma produce.
Estaba siempre con el ceño fruncido, no tenía sentido del humor y sólo se comunicaba con el mundo externo a través del diálogo que mantenía con su máquina de coser y aquellos cabezales que le servían para armar sus sombreros.

Yo la espiaba todo el tiempo; mujer diminuta de ojos azules. Que estaría pensando?. Sentiría algo por alguien?  Se habría enamorado alguna vez?  Habría sentido deseos  de "saltar la cerca" o salir de noche por una ventana, como había hecho Lena?, aquel personaje de la novela de Faulkner.

Mujer criada en España y de infancia austera. Su juventud no fue menos. Parecía que todo lo hacía en función del deber. Raras veces sonreía. Sólo atinaba felicitar diciendo: "Por qué no estuvo mejor?" (Válgame Dios!, que manera de lisonjear!).

Su trabajo era espectacular, vestía a todo el barrio y a mi también. Tenía la profesión que le era permitida a las mujeres en esa época, o tal vez la que pudo aprender.
Lo que me intrigaba era lo que ella sentía. Como hacía contato con su erotismo?, con el sexo?, con las noches de orgasmos solitarios?. Se habría mirado desnuda en aquel espejo donde hacía la prueba de ropa a sus clientas?

Era todo un misterio para mí. La situación me producía ansiedad y me dejaba expectante. Eso me llevó a espiarla. La mujer solía dejar la puerta de calle sin llave para que las clientas pudiesen entrar sin llamar.
Entonces yo, a hurtadillas, entraba y la espiaba. Grababa cada movimiento que hacía: la mano izquierda sujetando la tela que pasaba por debajo de la aguja en el pespunte. Su mano derecha dando ímpetu a la rueda de la máquina. Debajo, con las piernas levemente entreabiertas, movía el pedal en una danza sincronizada
Una tarde entré decidida, me acerqué a ella y a su máquina de coser y le dije - Usted que siente?...nunca estuvo enamorada?...por qué?...no le gustaría tener un novio que la abrace fuerte y le diga cosas al oído?...usted nunca...nunca?...Fue suficiente para que la mujer me arrastrase hasta la puerta de la casa diciéndome - Quién te dijo esas cosas? Dónde las escuchaste?- su mirada azul se oscureció tanto que parecía que un temporal me estaba sujetando por los hombros. Me puso fuera de la casa y antes de cerrar la puerta me dijo " Ya voy hablar con tu mamá"
No se si habló con mamá, a mí en casa nadie me reprendió, yo por decisión propia y ante los acontecimientos, no fui más. Poco después nos mudamos del barrio y no la volví a ver. 
Una vez en la tele pasaron un desfile de modas donde desfilaron sus sombreros y la enfocaron; estaba seria como siempre.
Pasaron los años y una tarde caminando por el centro me detuve delante de una tienda que vendía sombreros se llamaba "La Costurera sin Dedal". Sería ella? Qué hacía en el centro de la ciudad?. Decidí entrar, total si era ella, había pasado tanto tiempo que no iría a reconocerme. al entrar me atendió una vendedora bajita, rubia y sonriente a la que me atreví a preguntarle - Hace mucho que tiene este negocio?-
La chica arrugando la nariz para un lado y para el otro me respondió
 - Es una larga historia. Tiene un ratito, quiere que se la cuente?-
-bueno- dije asintiendo con la cabeza
La chica comenzó con el relato
 - La tienda la heredé de mi mamá que murió el año pasado. Mi abuela era modista, sombrerera y tejedora de encaje muy buena para su época. vivía en Villa del Parque -
 Al oir esto me corazón se estremeció. La chica que desconocía lo que estaba pasando dentro mío, prosiguió con el relato
-Cuando era chica la llevaron a España. Pasó toda su infancia allá.  A los catorce años se enamoró perdidamente de un hombre casado, el hombre también la quería pero estaba casado y vio como es en los pueblos...
Agregó ingenuamente con la voz cada vez más afinada por la emoción
-La mujer se enteró y sin decir "a", agarró un cuchillo y lo mató. Para esto mi abuela estaba embarazada de tres meses. Cuando lo supo su mamá, mi bisabuela, la echó de casa. Ella se fue a la casa de la tía en el pueblo vecino; amamantó a su hija lo más que pudo y después se vino para la
Argentina. Se trajo la máquina de coser y los cabezales en el barco. Al principio vivió en una pensión, después alquiló una casita y montó su taller, se hizo famosa, aparecía en la tele y todo. Cuando mi mamá cumplió catorce años la hizo venir de España y la educó en un colegio inglés. Mi mamá era traductora, hablaba cinco idiomas y se casó con mi papá que era capitán de barco. Yo le puse ese nombre a la tienda por que mi abuela siempre decía.

La chica y yo repetimos al unísono "COSTURERA SIN DEDAL COSE POCO Y COSE MAL"
-ESO! Como usted sabe?-


                                                                             Nora Ibarra
                                                              Curitiba, Brasil 29 de octubre de 2012





viernes, 26 de octubre de 2012

La Memoria

A veces decimos que perdimos la memoria.
 Cuando en verdad la guardamos tan bien guardada
que no podemos recordar donde

                                                                                 Nora Ibarra
                                                        Curitiba, Brasil 29 de octubre de 2012

El Secreto de Helena

Helena llegó a  la casa a las diez de la mañana. La recibió su abuela que de inmediato le comentó: - Los chicos no llegaron todavia, querés tomar unos mates?- . Helena le respondió que no y se desplomó en la vieja poltrona que estaba en la sala, desde allí observó a su abuela, aquella mujer parlanchina y autoritaria, se había convertido en una persona diminuta de ojos azules huniddos y húmedos.
Helena entrecerró los ojos fingiendo que estaba adormeciendo, en parte para descansar, en parte para que su abuela no le preguntara "como le estaba yendo". La anciana también la contemplaba como a una desconocida a quien los años habian transformado y al obser varla dejaba translucir la emoción que su nieta le producía.
Cuando Helena tenía ocho años sus padres se separaron. Su mamá se llevó a su hermano Andrés a vivir con ella y a Helena la dejó con su abuela.  A su padre no lo vio más hasta veinticinco años después.
Helena se quedó sola. Pasó a ser un huérfana con familia, (valga la paradoja). Su mamá la visitaba cada tanto y casi nunca prestaba atención en ella.
En su soledad ella sentía que su corazón se había transformado en un gran colador por donde se escapaban sus afectos.
Con los ojos cerrados comenzó a vivenciar los olores de la casa. La gramilla recién cortada, las flores silvestres, el jazminero que estaaba en el jardín de enfrente de la casa y que perfumaba el cuarto principal.
Esos aromas estaban dentro de ella y magicamente afloraban, como empezaban a despertar los recuerdos de su infancia vividos en aquella casona. El alboroto de sus primos (los chicos), la alegría mancomunada con la complicidad de las travesuras y las risas!!. Todo eso ya no estaba en la casa.
La vida de Helena había cambiado, su infancia y adolescencia no fueron fáciles.  En esa época vivía encerrada en sí misma como una tortuga en su caparazón; ella, igual que la tortuga, se desplazaba lentamente en su existencia y había desarrollado el hábito de "estar" sin ser vista.
La tristeza era su amiga incondicional, se refugiaba en los libros tratando de encontrar en ellos las respuestas y el cariño que no tenía.
La verdad que Helena era una persona querida por su abuela quien sabía toda la verdad sobre ella, sólo que la vieja no se permitía demostrárselo, siempre se vio en la obligación de preparar a su nieta para la vida "lo mejor posible".
Doña Carmen no se equivocó, a los diesciete años Helena empredió el vuelo y se fue de la casona. Conoció el amor y el placer que vinieron juntos con la traición y el egoismo.  Lloró bastante en su avidez por sentirse querida. Para sobrevivir debió antepóner el deber.
El tiempo fue moldeando una mujer con "excesivo raciocinio, desconfiada y difícil, con la habilidaed de percibir los acontecimientos antes que estos sucediesen. Lo peor de todo era la rabia que la cegaba y la dejaba envenenada, ronca de odio.
Helena hacía doce años que se había ido del país y el encuentro con sus primos en la casona la tenía ansiosa y curiosa.
Que había sido de "los chicos"?: Ezequiel y Joaquín, los gemelos se casaron jóvenes, tuvieron hijos y se divorciaron. Se casaron nuevamente, Joaquín, el más explosivo de los dos, estaba viviendo un romance con su actual mujer que lo revivió y le dio dos hijos hermosos.
Su prima Mirta Noemí estaba sola, apegada al pasado y viviendo el presente a través de él. El hermano de Mirta se había casado y vivía en el mayor hermetismo con respecto a sus parientes.
Benedict y Madeleine, "los chicos de oro" como los llamaba Doña Carmen, también estaban casados y tenían hijos. Benedict ya era abuelo. 
Gustavo, el benjamín, era músico y rodaba por el mundo en función de su música.  Eduardo era arquitecto y no mantenía relación con sus primos.
En cuanto a Andrés...Helena no quería pensar en él. Sentía algo confuso y desencontrado. Andrés continuaba desvalorizándola y tratando de manipularla, tal como sucedió en el pasado.
La vida de Andrés también no había sido fácil viviendo con su madre inestable y abusiva que lo condujo a un tobogán de emociones abismales y caóticas.
Sólo sentía pena por su mamá y su hermano, para ella dos extraños.  No se puede amar aquello que no se conoce, a aquellos con quienes no se convive, con quienes no existe la amistad de la crianza.
Decididamente: No lo podía resolver. Sentía que Debería cargar con esa historia mientras viviese, de hecho, había aprendido a convivir con ella como un diabético convive con su enfermedad. Con el tiempo, el fardo ya no le resultaba tan pesado.
- Parece que los chicos están atrasados...Vendrán? - dijo doña C armen
Helena le sonrió y respondió: - Na van a venir abuela, "los chicos ya no están". se fueron para darle paso a seres comprometidos con la Vida!


                                                                                Nora Ibarra
                                                                  Brasil, 26 de octubre de 2012


Tú Eres Tú






                Tú eres tú y
                yo soy yo
               No estás en este mundo 
               para cubrir mis espectativas
               y no estoy en este mundo
               para cubrir tus expectativas
               Si alguna vez nos encontramos
               puede ser maravilloso
              Si no, no puede remediarse
                                                                       Fritz Pearls

La Vejez

A la Vejez
 la miro de reojo
Intento negociar con ella
 aún sabiendo que tarde o temprano
me ganará
 como en una paradojica
 partida  de truco
 donde no vale mentir

                                           Nora Ibarra
                                    Curitiba - Brasil, Octubre  2012

lunes, 22 de octubre de 2012

La Teta de Aluminio





                          Después de la segunda guerra, las décadas del '50 y '60 fueron un florecimiento socio-económico mundial. Aparece la tele, la heladera eléctrica y el lavaropas. Las mujeres se acortaron las polleras y comenzaron a fumar en público.

                       En la casa de mi abuela, también hubo un florecimiento: el abuelo se jubiló como guarda del tranvía/troley/146 y pasó a tener un trabajo independiente: El de peluquero de perros a domicilio, y, gracias a la habilidad administrativa de mi abuela construyeron la casa de Gral Belgrano y se dio paso a la compra de un sinfín de aparatos como la tele, la heladera, el lavaropas y un montón de aparatejos que hoy son los electrodomésticos que en aquella época eran manuales.

                   Yo también me vi beneficiada con una "batidora Kenwood" de juguete que funcionaba dando vueltas a una manijita de plástico. Con esa la abuela me enseñó a hacer la mayonesa casera.
               Pero lo que más me tenía fascinada era "la teta de aluminio"> La teta de aluminio, como así  la había bautizado, era un porta/jabón en polvo que estaba sujeta a la pared por dos tornillos.
            La abuela la usaba para colocar puloil, que se retiraba presionando un botón (pezón) hacia adentro y largándolo después.
La teta de aluminio también estaba en la casa de Gral Belgrano. Un día no tuve mejor idea que colocarle detergente "camello", (existe todavía?), y durante varios días la teta supuró detergente....Y yo, tuve que escuchar a mi abuela!!! :-))


                    En memoria de Liria Jamardo y Victoriano Arroyo, nuestros abuelos